Fobia social.
Es un trastorno de ansiedad donde la persona experimenta pensamientos, sensaciones y emociones desagradables e intensas cuando se expone a situaciones sociales (reuniones, grupos grandes, hablar con otras personas, etc.), lo cual ocasiona timidez, inhibición y nerviosismo extremo.
El abordaje terapéutico se basa en identificar los miedos específicos de la persona, las cogniciones relacionadas a ellos y las reacciones físicas de malestar que le acompañan, posteriormente se dota al paciente con herramientas de relajación, reestructuración cognitiva y habilidades sociales para poder hacer frente a las situaciones sociales de forma más efectiva.
Miedo a hablar en público.
El miedo a hablar en público es un tipo de ansiedad social en el que las personas presentan una intensa ansiedad, pensamientos negativos y catastróficos, y sensaciones físicas desagradables ante la posibilidad de hablar en público. Cuando este miedo es muy intenso, puede llevar a la evitación y puede tener consecuencias negativas en la vida de la persona.
El tratamiento psicológico implica una identificación de las distorsiones cognitivas y pensamientos negativos del paciente, junto con un entrenamiento en relajación para poder controlar los síntomas físicos. Al poder gestionar esto, se pasa a la fase de exposición en la que la persona poco a poco podrá hacer frente a esta situación, experimentar niveles de ansiedad bajos y que puedan desempeñar sus funciones de forma eficaz.
Trastorno evitativo.
El trastorno de personalidad evitativo es un patrón de conducta y pensamiento en los que la persona que lo padece ser siente inferior a los demás, es muy sensible a las críticas y vive con mucho miedo a ser rechazado. Estos miedos y preocupaciones le llevan a evitar el relacionarse con otras personas o desarrollar relaciones nuevas.
La terapia cognitivo conductual para estas personas se centra en la adquisición de habilidades para poder desenvolverse en situaciones sociales, exponerse a estas situaciones de forma paulatina de tal forma que vaya cambiando tanto la percepción de uno mismo como la de los demás. Junto con esto se trabaja de forma continua la autoestima y la sensación de valía de la persona.
Trastorno dependiente.
Las personas con trastorno dependiente normalmente tienen mucha dificultad para tomar decisiones por sí mismos, les cuesta mucho tomar la iniciativa, tienen sensación de ser inútiles o de estar desvalidos. Debido a esto tienen una tendencia a buscar a alguien que les cuide o les haga sentir protegidos y esto en ocasiones puede llevar a que toleren abusos o malos tratos.
El tratamiento se basa en gran parte en trabajar la autoeficacia y la autoestima, a nivel cognitivo se trabajan los sesgos dicotómicos tan fuertes que presentan y se trata de reformular el autoconcepto hacia algo mucho más realista. El objetivo de la terapia es que el paciente se vaya enfrentando cada vez más al mundo por su cuenta y que sea capaz de valorar las herramientas que posee para así dotarle de mayor seguridad y sensación de control en el futuro.