Obesidad.
Aunque la obesidad está más relacionada con un problema de salud, también es cierto que tiene connotaciones psicológicas. Las personas que tienen obesidad o incluso sobrepeso normalmente presentan emociones negativas (como la tristeza, vergüenza, desesperanza, ansiedad o estrés), que pueden ser parte de la creación del problema o incluso de su mantenimiento. En ocasiones la mala gestión de estas emociones junto con formas de afrontamiento basadas en la ingesta de alimentos pueden ser un obstáculo para que la persona pueda tener un peso saludable.
El tratamiento psicológico para este tipo de personas se basa en enseñarles a identificar, las situaciones y emociones que tiene relacionadas con la comida o les provoca comer, al hacer esto se busca dar herramientas específicas para que el paciente pueda hacer frente a estos impulsos y modificarlos hacia un patrón de conducta más adaptativo. También se trabaja en mejorar la autoestima y autoimagen de estas personas ya que esto servirá para que tengan mayor motivación y se vean capaces de poder lograr sus objetivos y recuperar su salud.
Cáncer.
Cuando padecemos una enfermedad como el cáncer, ya sea cuando la diagnostican, cuando tenemos que someternos a pruebas de evaluación y diagnóstico, cuando comenzamos o finalizamos un tratamiento o cuando tenemos que acudir a las revisiones médicas periódicas, en realidad estamos enfrentando una serie de sucesos estresantes. El estrés es una respuesta normal que nos ayuda a solucionar los problemas u obstáculos de nuestra vida cotidiana. Para ello, moviliza todos nuestros recursos fisiológicos, emocionales, cognitivos, etc. Sin embargo, si esta respuesta es muy intensa, muy duradera, muy infrecuente o nos impide desarrollar nuestra vida con normalidad, puede convertirse en un problema. Así mismo, es normal que aparezcan otras emociones como la tristeza, el miedo y la ira.
Puesto que tener un buen estado de ánimo se ha demostrado relevante para el funcionamiento del sistema inmunológico, y por tanto para su recuperación; desde la psicología, trabajaremos técnicas de relajación, planificación de actividades agradables, manejo de las preocupaciones, pensamientos negativos y baja autoestima, asertividad, solución de problemas y toma de decisiones.
Por otro lado, podemos dar asistencia a familiares de pacientes que tiene un rol de cuidador durante la enfermedad o en el duelo en fase paliativa; manejando las emociones negativas que puedan aparecer, y acompañándole en el proceso de toma de decisiones; ayudándole a seguir cuidándose a sí mismo, para que pueda cuidar a su familiar.
Problemas físicos de origen psicológico.
Las somatizaciones consistirían en el reflejo en el cuerpo de manifestaciones emocionales. Cursan habitualmente con dolor de cabeza, dolores de estómago (nudo en el estómago) frecuentes, diarrea, fatiga crónica y urticarias entre otros. Las somatizaciones son normales y habituales en todas las personas ante impactos emocionales altos y niveles altos de estrés. Sin embargo, en algunos casos estos síntomas causan un gran malestar en la persona, dándose lugar al trastorno de síntomas somáticos. Este se presenta cuando una persona siente una ansiedad extrema exagerada a causa de síntomas físicos. Aparecen comportamientos, sensaciones y sentimientos tan intensos relacionados con los síntomas que siente que no puede funcionar de la forma habitual.
Lo principal ante este caso es descartar cualquier causa física y apoyarnos en la ayuda de un fisioterapeuta en los casos en los que la tensión muscular este provocando dichos síntomas. A continuación, trabajaremos para reducir el miedo ante estos síntomas, encontrar el origen emocional que los está provocando y trabajarlo convenientemente con técnicas de identificación y regulación emocional, trabajando según el caso los pensamientos negativos que estén en la base de las emociones negativas.
Problemas cardiacos.
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte según la OMS en todo el mundo. Las investigaciones afirman que ciertos estilos de vida están correlacionados con el riesgo de ataque cardiaco, presión arterial alta y accidentes cerebrovasculares. Las emociones como la depresión y la ansiedad parecen estar relacionados asimismo aumentando este riesgo; además, el tener un problema cardiaco puede conllevar la aparición de ciertas emociones negativas que dificulten su vuelta a la rutina o el seguimiento de un nuevo estilo de vida más saludable, como tristeza, miedo, frustración y ansiedad.
La terapia se centra en primer lugar en reducir el impacto de estas emociones negativas aprendiendo a identificar las fuentes de estrés o tristeza y manejándolas, así como dando herramientas de solución de problema y tomar de decisiones y manejo de las preocupaciones asociadas en los casos en los que ya se haya producido el problema cardiaco.
Artritis y fibromialgia.
Las enfermedades reumáticas, también denominadas enfermedades musculoesqueléticas (ME) o enfermedades del aparato locomotor, están constituidas por un amplio y heterogéneo grupo de patologías cuyo desenlace común es el dolor y la merma, o incluso la pérdida de la función física. Entre ellas se encuentran la artritis y la fibromialgia.
La fibromialgia se caracteriza por la presencia de un intenso dolor generalizado crónico, una fatiga que no mejora con el reposo, insomnio y otros síntomas, como hormigueo en las extremidades, trastornos abdominales, necesidad de orinar con frecuencia, ansiedad y depresión entre otras. Un aspecto muy frustrante para los pacientes es que, a pesar de tanta sintomatología, ni los análisis ni las radiografías muestran datos de que exista algo que funcione mal en el organismo. El tratamiento actual del que se dispone, tampoco es completamente satisfactorio.
El término artritis se emplea para agrupar a un importante número de enfermedades cuya característica común es que cursan asociadas a inflamación articular. La artritis reumatoide se caracteriza por ser de origen autoinmune.
Los objetivos generales en terapia son manejo de dolor, reducción de los niveles de discapacidad, afrontamiento activo hacia la enfermedad y mejorar la calidad de vida. Los objetivos específicos consistirían en manejo de emociones negativas como ansiedad, depresión e ira, manejo del estrés, aumento de sensación de control y autoeficacia manejando los pensamientos negativos que aparecen.
Síndrome de colon irritable.
El síndrome de colon irritable es una afección de los intestinos, no existen pruebas médicas para detectarlo y se diagnostica a partir de los síntomas que consisten en dolor abdominal, gases, episodios de diarrea o estreñimiento. Las personas que lo sufren sienten la necesidad de ir urgentemente al baño, lo que da lugar a que toda su vida dependa de esta necesidad. A parece un miedo extremo a no poder ir al baño, haciendo que la persona comience a evitar lugares y situaciones en las que se dificultaría cubrir esa necesidad.
La terapia le ayudará a cambiar hábitos de vida de forma que se reduzcan los síntomas, manejar la emocionalidad negativa derivada del diagnóstico y de los síntomas, así como exposición y solución de problemas haciendo que las personas puedan comenzar de nuevo a realizar su vida social habitual.
Úlceras y gastritis crónica.
Es un trastorno provocado por la inflamación de la mucosa que recubre el estómago y a diferencia de otros problemas estomacales, éste deriva directamente del estrés y la ansiedad. Conlleva una serie de síntomas, dolor de estómago, saciedad prematura, sensación de pesadez, acidez, náuseas y eructos.
Al tener una causa relacionada con la gestión emocional, la terapia puede ayudarnos a reducir los síntomas ayudándonos a gestionar estas emociones que están en la base del problema. Identificando factores de estrés y manejando la ansiedad, así como en personalidad ansioso-obsesivas manejando la interpretación ansiógena del mundo que nos rodea, empleando solución de problemas y técnicas de afrontamiento activo a los problemas.