Ansiedad social.
Las relaciones interpersonales son especialmente importantes en la adolescencia, es aquí cuando los jóvenes consolidan su identidad y el grupo social es parte fundamental e influye en el autoestima y autoconcepto de los adolescentes. Alguien que está experimentando ansiedad social, presenta preocupaciones recurrentes en situaciones de convivencia con otras personas, debido a un intenso miedo a ser juzgados negativamente o a tener un mal desempeño en una actividad y que esto lleve al rechazo. Normalmente cuando se experimenta este tipo de ansiedad las personas tienden a aislarse y a intentar evitar las situaciones que temen, esto incluso puede afectar su desempeño académico.
En terapia se trabaja con el paciente para poder identificar sus miedos y preocupaciones para así adquirir herramientas que le permitan afrontar estas situaciones. Al trabajar con adolescentes se busca que pueda tener una interpretación objetiva de las situaciones y confianza en sus capacidades para afrontarlas, es por eso que también es fundamental aumentar la autoestima del paciente y así como mejorar su autoconcepto y sensación de autoeficacia.
Bullying.
Los niños o adolescentes que sufren de bullying normalmente comienzan a mostrar conductas de retraimiento, una baja autoestima, sentimientos de tristeza, intentan evitar el colegio o instituto, disminución del rendimiento académico y muestran desequilibrio emocional pudiendo estar más irritables u hostiles o reaccionando con poca o nula incitación en casa o con los hermanos.
El tratamiento terapéutico con estos pacientes se centra en ayudarles a mejorar las habilidades sociales, de comunicación y resolución de conflictos. De esta forma se busca dotar de una mayor sensación de control y capacidad de afrontamiento efectivo ante situaciones de acoso lo cual derivará en un aumento de autoestima y sensación de autoeficacia. Es importante mencionar que cuando se tratan pacientes que sufren bullying, es importante también trabajar con el colegio para intentar mejorar las relaciones con los compañeros, sin embargo, la terapia individual para dotar de herramientas al paciente es fundamental para que sea capaz de gestionar de la mejor manera los enfrentamientos actuales o cualquier situación problemática en el futuro.
Relación con los padres.
En la adolescencia se pueden presentar problemas en la dinámica familiar, los cambios por los que pasan los adolescentes, la necesidad de separación de la familia y mayor importancia a la integración y aceptación de los amigos y le necesidad de comenzar a ser tratados como adultos pueden generar situaciones conflictivas en casa. En este contexto tanto los padres como los jóvenes se sienten frustrados, los límites no se respetan y la comunicación tiende a ser complicada.
El tratamiento para este tipo de conflictos normalmente incluye a ambas partes del conflicto, por un lado, se trabaja con el adolescente para que pueda expresar sus necesidades de una forma adecuada y que tenga una mejor capacidad de comunicación y resolución de conflictos. Por otro lado, se trabaja con los padres para ayudar a la fluidez en la comunicación y a que puedan pasar por el proceso de la adolescencia (y todo lo que ello implica) manteniendo un ambiente positivo en casa.